Sobre mí

Mi foto
Hola, queridos lectores. Soy Marina, me gusta escribir y soy una persona, ante todo. Podéis encontrar parte de lo que escribo en este blog, además de otras muchas cosas como manualidades o curiosidades que siempre gusta saber. Espero que os guste. Si es así, dejad un comentario para que pueda saberlo. Si no, pues también.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Yiruma, amor por el piano

Yiruma (en realidad Lee Ru-ma) es un compositor coreano contemporáneo; ha compuesto muchas obras basadas e inspiradas en su mayoría por la música romántica de París. Ha estudiado piano desde que tenía cinco años.

A mí, personalmente, me encanta su música. Si le tenéis aprecio al piano, lo más probable es que su nombre os resulte familiar o al menos hayáis oído alguna vez River Flows in You o Kiss the Rain, algunos de sus trabajos más conocidos. O puede que incluso sepáis tocarlas. No hace falta para apreciar sus obras, de todas formas, comprender la música de la forma en la que lo hace un pianista. Simplemente escuchando podemos enamorarnos de su música.

Eso, justamente, es lo que me ha pasado a mí.

Hasta hace poco conocía sólo las canciones que he mencionado antes; son las más conocidas, pero a mi parecer no muestran todo lo que Yiruma tiene que mostrar. Después de escuchar varias canciones más, he encontrado dos más que realmente me llaman la atención: When the Love Falls y Maybe. Son diferentes una de la otra. La primera es mucho más melancólica, mientras que Maybe expresa justamente lo que dice el título: puede. Es un crecimiento, una duda, una alternativa o contraposición. Aunque no sé a qué. Depende de quién la escuche, y eso es lo mejor.

He buscado muy poco sobre él, pero he encontrado muy rápido la partitura de River Flows in You. La pondré al final de este post para que podáis verla, si tenéis curiosidad, o aprender a tocarla si tenéis ganas y un piano.

Y ahora, aquí tenéis lo mejor: música. He puesto sólo las cuatro canciones que he mencionado yo, pero podéis descubrir por vosotros mismos todo el resto, que os aseguro que vale la pena.


Partitura para piano de River Flows in You:




Si queréis saber más sobre él, aquí tenéis el link a su página oficial (aunque necesitaréis traductor):

lunes, 5 de diciembre de 2011

Lo que estoy escribiendo: Plumas Blancas, Déjame Sonreír

Me gustaría que me dijerais cuál de las dos historias leeríais. Me interesa saber qué es lo que creéis, de cada una. He estado bastante tiempo madurando las dos ideas, una más que otra, y ya he escrito un par de capítulos como prueba. Si leyerais esto en una contraportada, ¿Seguiríais leyendo?

Plumas Blancas (Fantasía)


Evan, en apariencia joven, es una quimera desde hace ya 22 años. Lo ha perdido casi todo, y tiene sólo dos cosas: una misión y una historia. La misión, de su maestro; la historia, de su quimera. ¿Quién es él, entonces?

Con un mundo en su contra, su propia voluntad y los espejismos de su anterior vida, pretende acabar aquello que un día empezó aquel al que llamaba padre. No importa que eso signifique su muerte.


Déjame Sonreír (Ciencia Ficción)

Ser creado por un motivo desconocido. Vivir con el miedo de desaparecer en cualquier momento. Temer sus propias acciones. Ser el primer androide que puede experimentar todo eso, por el mero hecho de pensar por sí mismo. 

Al principio creía ser libre. Pensaba que, si podía cumplir con su deber, podría llegar a ser feliz.
Cuando la amenaza de la eliminación pesa sobre él, lo único que puede hacer libremente es pensar. Y entonces, ocurre lo que no estaba planeado. Por culpa de ella.

lunes, 21 de noviembre de 2011

How to: Spiderpig

Todos hemos querido un cerdo. QUEREMOS un cerdo. Y más si es Spidercerdo. Con este sencillísimo tutorial y una impresora (y más cosas que seguro que tenéis), podréis hacer uno.

La técnica que vamos a utilizar para hacerlo es el Papercraft, que consiste en cortar, doblar y pegar papel para formar una figura. Este es bastante sencillo, así que supongo que no tendréis ningún problema.

Muy bien, empecemos:

Vamos a necesitar los siguientes materiales: Pegamento (puedes utilizar de barra, pero es preferible cola líquida en pocas cantidades), tijeras o cúter y una regla.



Imprime la lámina del Papercraft (puedes verla a continuación).

1. Manos a la obra. Recorta el cerdo con tijeras o cúter. Si vas a utilizar el cúter, hazlo sobre un cartón grueso o madera que no vayas a utilizar. Así no estropearás la mesa. Como supongo que sabes, NO tienes que recortar las líneas a puntos. Sólo el contorno. No te olvides de las pestañas. Una vez recortado tendrás esto: 


2. Empieza a doblar todas las líneas, incluidas las de las pestañas, hacia el interior -es decir, hacia la cara blanca del papel. Puedes utilizar una regla para ayudarte.


3. Pega cada pestaña al lado correspondiente del cerdo. Si doblas todas las líneas, puedes ver que tiene forma (¡JA!), así que simplemente hazlo de forma que cuadre. Empieza la parte de delante por la pata que no está unida al cuerpo -una vez pegadas las dos primeras pestañas del otro lado-, así te aseguras de que los dos lados queden a la misma altura. No seas impaciente y deja que cada pestaña se seque un tiempo prudencial, para que no se despegue mientras pegas la siguiente. Puedes utilizar unas pinzas si alguna pestaña es demasiado pequeña como para pegarla con los dedos. Si utilizas pegamento líquido, no pongas demasiado o el papel se arrugará.


¡Y listo! Tu Spidercerdo está acabado. Ahora lo que puedes hacer es pegarlo al techo. Si cuando lo pones ves que no se queda cogido, es porque probablemente no has puesto celo. Y así es, como en 20 minutos, he hecho mi Spidercerdo en lugar de estar estudiando. Porque soy muy guay cuando me lo propongo. Ala.


Yo no he hecho el diseño del Papercraft ni intento violar el Copyright de Los Simpson. Este tutorial está hecho sin ánimos de lucro. Gracias por leerlo y por perder un rato de vuestras vidas si es que queréis hacer uno. Y NO me denunciéis si os habéis cortado con el cúter.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Música que escuchar 1

Primera parte de muchas entradas que vendrán. Grupos de seis canciones cada vez, música de todo tipo que me encanta escuchar.













jueves, 3 de noviembre de 2011

How to: Madera de la Suerte


¿Nunca has tenido un taco de madera por tu habitación, molestando, pero no has querido tirarlo? Si ese es el caso, como me pasó a mí, entonces ¡Crea tu madera de la suerte!
Para hacerlo sólo tienes que seguir estos sencillos pasos:
1.      Si la madera es muy grande, córtala hasta que sea de un tamaño fácil de transportar, de forma que puedas llevarla en los bolsillos o en la mochila/bolso/bolsillo de Doraemon cómodamente.
2.      Una vez del tamaño que queremos (por mí como si quieres hacer un monumento de un metro) tienes que lijar la superficie. El material más adecuado para ello es una lima de agua, aunque puedes hacerlo a lo bestia con cualquier otra lima. Recuerda que NO queremos quedarnos sin madera, sólo suavizarla.
3.      Redondea las puntas y los bordes, con una lima más gruesa, a no ser que quieras sacarle un ojo a alguien si la lanzas. Sería divertido, pero si descubren que has sacado la idea de mi entrada podrían denunciarme o condenarme o algo. Mejor límalas.
4.      Limpia la madera con un trapo húmedo (no mojado, que sabes que la madera se hincha).  Así quedará completamente limpia y libre de ese molesto serrín o lo que sea que se le haya pegado en cualquier momento.
5.      Con un rotulador permanente (de punta fina, para escribir mejor, porque lo normal es que tu madera sea pequeña) escribe “Madera de la Suerte”.
6.      Espera a que se seque.
7.      Admírala.
8.      Toca madera.
9.      Siente cómo la suerte te inunda.
Si eres más trabajador o te aburres, siempre puedes añadir estos pasos:
+Entre los pasos 3 y 4: Puedes hacer un agujero con un taladro de broca fina de extremo a extremo de la madera. Luego, lima el borde del agujero y pasa un cordel cuando ya hayas acabado la madera. Ahora puede seguirte en tu llavero o en retrovisor de tu coche o lo que sea.
+Después del paso 6: Si prefieres que tu madera esté completamente protegida, barnízala. Asegúrate de que el barniz que uses no tenga un color muy fuerte, porque taparía lo que has escrito con permanente. Si le has hecho el agujero, asegúrate de que el barniz no lo obstruye y pasa el cordel una vez que esté todo seco para que no se pegue. Limpia el pincel que uses con aguarrás para que no quede peguntoso ni sólido.
¡Mira el resultado de mi madera de la suerte! Ahora ya puedo tocar madera donde sea que esté. NADIE tiene más suerte que yo. Es un buen talismán a la hora de los exámenes, de los concursos, de las decisiones…
NOTA: No aseguro el funcionamiento de su madera de la suerte. Por favor, absténgase de demandarme.

domingo, 30 de octubre de 2011

Música que estoy escuchando para estudiar

Como podéis ver, no funciona; estoy escribiendo una entrada. Pero de todas formas, es divertido fingir que me concentro. Normalmente me ayuda, en serio.


jueves, 27 de octubre de 2011

Nomeolvides, relato corto de Halloween

Mi vida siempre había sido tranquila. Seguía una estricta rutina que incluía casi exclusivamente trabajar para sobrevivir; no podía permitirme más, dado el origen labriego de mi familia. Trabajaba en el campo desde que el sol me lo permitía hasta que me lo negaba, tal como lo hizo mi padre y mi abuelo antes que él. Algún día me casaría con una bella mujer, la amaría y formaría mi propia familia, igual que mis hermanos mayores habían hecho ya y como lo haría mi hermana menor algún día. Seguiría floreciendo la nomeolvides, rodeando nuestra casa, como desde que mi madre la plantó. Seguiría lloviendo, nevando, volando el viento las hojas. Seguiría el transcurso del tiempo. Pero yo no seguiría más, a partir de ese momento.
Realmente no recordaba cómo ocurrió. Un día desperté y me encontraba en medio del bosque, con un inmenso dolor de cabeza, desnudo y manchado de sangre. No recordaba nada.
La chica que había muerto lo recordaría siempre.
Todavía encuentro borrosa la verdad tras lo ocurrido, pero el hecho es que su cuerpo se hallaba en mi propiedad, y no había nadie más allí en ese momento. Aunque yo amanecí bastante alejado del lugar, estaba cubierto de su sangre. Al momento de marchar, con mi nuca cubierta de rojo y sin nada con que cubrirme, podría jurar que los árboles me observaban demandando una explicación, recriminándome.
Mi familia se enteró bastante después. Era octubre, la época en la que marchaban a comerciar a ciudades más lejanas debido al buen tiempo, y así, bañados por el tenue brillo del sol, conseguían nuevas semillas que cultivar en primavera. Todo por seguir subsistiendo. Y no sé cómo reaccionaron, porque yo ya no estaba ahí.
Recuerdo el momento en el que volví, eso sí. Como no sabía lo ocurrido, simplemente me orienté y regresé hasta la cabaña, para asearme y vestirme. Ya me había ocurrido otras veces, el despertarme en un lugar desconocido, aunque nunca en esa situación. De todas formas, había supuesto que la sangre era de un animal, aunque no tenía mucho sentido en realidad; yo no estaba herido ni sabía cazar como lo hacía mi hermano mayor.
Llegué por la parte trasera de la casa, que estaba rodeada por el espeso bosque. La parte frontal, en la que se encontraba la puerta principal, daba paso a nuestro extenso terreno de cultivo. No vi lo que me esperaba.
Fue cuando, estando medio vestido, escuché un grito procedente de la entrada de mi hogar. Creía haberlo reconocido como el de una chica que vivía cerca de la zona, con sus hermanas y su padre, y no me equivoqué. Salí, preguntándome qué lo había provocado.
Aunque no me esperaba eso, para nada.
Retrocedí asustado ante la imagen de su hermana menor, o debería decir su cuerpo, inerte y destrozado, sobre las flores que mi madre con tanto cariño había plantado. No comprendía por qué, pero una silente tristeza me inundó en ese momento. Nunca había conocido a la chica en demasía, aunque su naturaleza alegre y jovial me habían hecho creerla alguien con quien merecía la pena pasar el tiempo, ya que tenía sólo un par de años menos que yo.
La joven ante mí me observaba con la mirada desorbitada, las manos sobre su rostro. Quise decirle que parara, porque estaba arañándose las mejillas, pero casi ni pude abrir la boca antes de oír su grito acusador.
-¡La has matado!
Yo, desconcertado, no pude hacer más que fruncir el ceño, incapaz de comprender la totalidad de lo que me rodeaba.
-No es cierto. Ayer ni siquiera la vi.
Y era cierto. Al menos que yo recordara, que por cierto, no era mucho. Apenas podía atisbar la imagen de la fuente por la mañana, y de mis manos rodeando la tierra, bañadas por el sol anaranjado del crepúsculo. Aunque, por la noche…
Era cierto. Por la noche la muchacha había acudido a mi cabaña. La duda corrompió mi mente, y yo, pensando que realmente había cometido ese acto tan atroz, simplemente me dejé caer hasta el suelo, aferrándome con fuerza a la hierba que crecía imparable.
Miré de nuevo el cuerpo mutilado de la chica frente a mí, y cómo sus cabellos pelirrojos estaban esparcidos y empapados por la sangre, que ya ni siquiera manaba de su cuerpo. Esas hebras rojas, que tanto me habían hecho mirarla algunas veces. Y su cuello, que parecía tan frágil, estaba extrañamente descubierto. Yo recordaba haberlo visto cubierto -si no siempre, la mayoría de las veces- por un pañuelo de color verde, que hacía un juego muy hermoso con sus ojos.
Me vi incapaz de contener un sollozo al mismo tiempo que la chica se levantaba, aterrorizada como estaba, y se marchaba corriendo en dirección a su casa. Pensé inmediatamente en que volvería pronto con su padre, pero no pude evitar mirar durante unos instantes más la figura de la joven descansando sobre la nomeolvides, haciendo un curioso y de alguna forma bello contraste el tono azul pálido de las flores con el rojo brillante de la sangre.
Supe que, una vez vinieran a por mí, no tendría nada que alegar en mi defensa. Ni siquiera yo mismo estaba seguro de qué había hecho o qué no, y empezaba a pensar que realmente la había matado. Dejé que el instinto de supervivencia me dominara, y como un autómata, tomé todo lo necesario de mi hogar y lo guardé en un fardo que atesoraba desde mis doce años, momento en el que mi padre me lo regaló.
No miré atrás. No quise hacerlo, porque sabía que me arrepentiría de dejar mi casa desprotegida, con una joven esperando a que alguien la enterrara, y la cosecha marchitándose hasta la llegada de mi familia, seguramente un mes después. Pensé en lo que pensarían al ver todo su esfuerzo inutilizado, perdido por mi culpa, y estuve a punto de dar marcha atrás.
Ahora mismo me alegro de no haberlo hecho, porque de ser así ahora mismo probablemente estaría o bien muerto, o puede que recluido en una celda, sufriendo gracias a los remordimientos que me envolvieran.
Llevaba un día y medio de camino por el bosque, ocultando todo rastro de mi presencia, cuando por casualidad me topé con un hombre. Algo me decía que le conocía, pero todavía estaba muy lejos como para poder estar seguro. Estaba tranquilo, porque sabía que no era posible que supiera de mi crimen habiendo pasado tan poco tiempo y viajando en esa dirección. Aun así, avancé con cautela, evitando que me viera, hasta que estuve lo suficientemente cerca como para ver algo.
Ese hombre llevaba mis ropas, las que había estado utilizando aquel día. Apresuré mi paso, una idea había empezado a formarse en mi mente. Entonces, cuando me encontraba a unos diez metros de él, pude verlo.
Llevaba, atado en el brazo, su pañuelo verde. El mismo que debería estar con ella ahora mismo, mientras ayudaba a sus hermanas en su casa, junto a su padre. No en su brazo.
Até cabos inmediatamente, y una furia anormal se adueñó de mí. Nada pudo contenerme cuando me abalancé corriendo hacia él, cogiendo apenas una de las ramas que había al borde del camino, para atizarle con todas mis fuerzas en la nuca. Él apenas había notado mi presencia antes de caer, pero yo ya me encontraba sobre él, intentando buscar algo que realmente pudiera hacerle daño.
Vi una roca de un tamaño aproximado al de un pequeño melón, y no dudé ni un segundo. Lo cogí y, poniendo toda mi alma en ese golpe, lo dejé caer fuertemente sobre su cabeza. Una, y otra, y otra vez.
Sentí que no se movía y, con la respiración agitada, me levanté y observé mi obra. Realmente era incapaz de reconocer ese rostro, pero sabía quién era, aunque no pudiera recordarlo.
Toqué suavemente mi nuca, en el punto justo en el que me dolía cuando desperté después de esa fatídica noche. Sí, había una herida. Igual a la que a él le había provocado. Confirmé lo que ya sabía al rebuscar en sus bolsillos y ver algunas de las joyas de mi madre y el brazalete de la joven, que había estado esa noche conmigo. Un pequeño rayo de luz iluminó lo que creía recordar, haciéndome ver que yo estaba con ella cuando él había llegado para robar a mi hogar. A esa hora, yo debería de haber estado dormido, pero su visita retrasó este hecho y nos encontró despiertos.
Las imágenes me hicieron recordar que había entrado repentinamente en casa, y ella, que estaba de espaldas al exterior, fue la primera en caer. Pude ver cómo golpeaba su cráneo con un garrote, y caía desplomada al suelo. Rápidamente y sin pensarlo, el primer impulso que me dominó fue el de huir y pedir ayuda, pero él no me lo dejó nada fácil. Me acorraló en el bosque y, con un empujón, me derribó. Pensó que me había matado cuando quedé inconsciente al golpearme en la nuca durante la caída.
Las lágrimas surcaban mi rostro, sucio después de la travesía de casi dos días camino hacia el olvido que había emprendido. Un inmenso alivio recorría cada fibra de mi ser, sintiendo que el miedo y la incertidumbre desaparecían casi repentinamente. No podía volver, porque no había nada que lo mostrara, pero lo más importante de todo era que yo no había sido el culpable.
Yo no la había matado.
Decidme qué pensáis, si creéis que puedo cambiar algo o si se me ha pasado alguna incorrección. Agradezco que hayáis leído este relato, el segundo que escribo de miedo. Aunque no creo realmente que dé miedo...

viernes, 2 de septiembre de 2011

Te diría que te quiero

Te diría que te quiero, pero serían pocas palabras.
Te diría que te amo, pero no expresaría al completo lo que siento.
Dime, si no sé cómo decirlo, ¿Cómo sé si yo misma me entiendo?
Porque tus labios son lo más importante,
porque tus ojos se unen a los míos.
Tus brazos, protegiéndome,
convierten un parque en un paraíso.

jueves, 9 de junio de 2011

Caligrama


He utilizado la poesía Impaciencia, que podéis encontrar seleccionando las entradas con la etiqueta "poesía" de este mismo blog. 

miércoles, 8 de junio de 2011

Impaciencia

Uno, dos, tres pasos.
Puede que encuentre mi suerte.
Lo único que quiero ahora
Es volver a tenerte.

Quiero verte.

Avanzo decidida; por ti, todo.
Lo haría.

Quiero verte.

Largo el camino y larga la espera,
Cortos los días que logro tenerte.

Te quiero cerca.
Quiero verte.

El agotamiento no me alcanza,
Soy más rápida que él.
Aunque me persigue insaciable
Correré.
Y seguiré.

Una mirada sería vida.
Un abrazo, desbordante.
Un beso...

Quiero verte.

jueves, 2 de junio de 2011

Ojos

A mí, que me gusta tener la cabeza gacha,
me da por levantarla a veces.
Si no lo hubiera hecho, no te habría conocido.
Cuánto podría haber buscado...

El brillo de tus ojos profundamente pardos
Es imán, prueba de vergüenza
Mirada que parece atraerme y repelerme,
Mirada que me deja esquiva


Dulce tu mirada agachada, miel tentadora.
Dulces las caricias que todavía no me has dado.
Dulces tus labios, más dulces que el brillo del alba.
¿Dónde estaba yo, cariño, si no era a tu lado?

¡Cuánto añoro los brazos tuyos,

                             sin haberlos probado todavía!


Ésta vez me he currado la métrica, pero inventada completamente por mí misma. No me gusta tener que seguir unas pautas ya impuestas por otras personas...

Las dos primeras estrofas no tienen rima, y son paralelas en cuanto a la medida: 14, 9, 15, 9.

En la tercera, la rima es ABAB, aunque lo de el primer y segundo verso es discutible... y todas miden 14 sílabas.

Los dos últimos versos, independientes del resto, miden 9 y 11, respectivamente. Son una forma de acabar diferente, dejando una idea similar a la transmitida en las estrofas anteriores.

Green, corto de animación en Slow Motion


He hecho con mi compañera este corto de animación como trabajo de clase, y nos ha costado bastante. Aún así, me encanta el resultado. Subiré en cuanto pueda el Storyboard del proyecto.

miércoles, 1 de junio de 2011

Esa minoría - Argumentación


Como todo el mundo sabe y ha podido presenciar alguna vez, en todos lo ámbitos sociales hay minorías, sean del tipo que sean. Personas diferentes física o mentalmente son rechazadas por el resto, que representan la mayoría y forman un grupo grande y unido. ¿Por qué a veces entre éstos grupos existe una relación de agresividad? Simple y llanamente, porque no son iguales.

Las personas se sienten amenazadas por aquello que les resulta extraño, nuevo o diferente. Lo mismo pasa con sus semejantes: si una persona viste de forma diferente al resto y no encaja en ninguno de los grupos que ya están formados dentro del total de individuos, se verá agredida ya sea física o psíquicamente como una reacción en su contra, y es algo que no debería de ocurrir. Altos, bajitos, gordos, listos, tontos, feos, tímidos... Da igual qué les diferencie, porque serán víctima de un rechazo colectivo.

¿Por qué nadie intenta romper la barrera establecida entre ambos grupos? La respuesta es sencilla: si lo hicieran, serían blanco de los acosos de igual forma que aquellos a quienes pretendiera defender. Aunque, si nadie rechazara a esas minorías, tampoco habría nadie que las atacara. ¿No acabaría así el círculo vicioso? No. Nunca. Siempre aparecerá otra mayoría que ataque al grupo, por grande que sea. Para erradicar el problema, todo el mundo debería de aceptar que alguien puede ser diferente sin ser por ello perjudicial, algo muy difícil por no decir imposible actualmente, en una sociedad regida por un sistema de “encajonamiento” como la nuestra: debes de pertenecer a un grupo, siempre.

Si todos nos aceptáramos tal cual somos, no habría conflictos de ningún tipo, porque nos consideraríamos iguales y respetaríamos al resto. ¿Es tan difícil hacer un esfuerzo por los demás, por esa minoría?


He escrito esta argumentación para un trabajo de clase, el tema de la cual era libre. Yo elegí el que acabáis de leer probablemente influenciada por la actual situación de mi hermano pequeño, que espero se solucione pronto.

martes, 31 de mayo de 2011

Lluvia tuya

Las gotas de lluvia caen como una caricia
cerca de las ventanas; de la tuya, de la mía...
¡Qué frustrante es pensar que podrían tocarte,
mientras yo estoy aqui recluída!
Aún me tranquilizo al recordar que,
aunque no tienen ojos, sabrían reflejarte,
hasta mí llevarte,
para encontrar tu mirada perdida.

Y esas gotas...
Y tus palabras, transportadas por ellas...
Tan gráciles que hasta mi alma llegan
como un suspiro de viento y primavera,
tan suave que nadie lo recuerda.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Las mil grullas de papel

Si todavía no has oído hablar de las mil grullas de papel, leyenda japonesa popularizada gracias a la historia de Sadako Sasaki, es hora de que conozcas de qué va esto.

Una antigua leyenda cuenta que quien consiga hacer mil grullas de papel podrá pedir un deseo cualquiera y éste
se cumplirá. Sadako, una niña japonesa que sólo tenía dos años cuando Estados Unidos hizo estallar dos bombas atómicas sobre la población civil, tuvo una vida normal hasta los once años. Un día, mientras corría en una competición del colegio, le fue diagnosticada leucemia. Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le animó a empezar a hacer grullas para poder pedir a los dioses que la salvaran. Doce meses después de su ingreso, Sadako moría en el hospital habiendo confeccionado sólo 644 grullas. Sus compañeros de la escuela completaron las grullas que faltaban hasta conseguir las 1000, y Sadako se convirtió en un símbolo de la paz mundial. Actualmente, el Parque de la Paz de Hiroshima, se encuentra una estatua de Sadako con una grulla dorada en su mano, en la base de la cual está escrito: "Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo".
A mí me gustó la historia cuando la escuché, así que decidí hacer yo también mil grullas. Con ayuda de una amiga he hecho ya más de cuatrocientas, y espero acabar en verano las que me falten.


martes, 24 de mayo de 2011

Para ti

Tengo miedo, cariño
De que mi alma pase frío
Cuando no te tengo conmigo
Para decirte te quiero

Cuántas veces me pierdo
Añorando un respiro,
Deseando estar alejada
de este día sombrío

Que me dice que me necesitas
Tanto o más de lo que yo te necesito
Para estar lejos del abismo
Que me mantiene despierta.

Al fin escribo algo que me gusta, aunque no he mirado para nada la medida de los versos. Como he dicho antes, sólo escribo por gusto y si a mí me gusta el resultado sólo podré mejorarlo si me sigue gustando una vez cambiado. Adelante críticas constructivas, no destructivas.
Te quiero, gatito- Para ti.

viernes, 20 de mayo de 2011

La Lengua de las Mariposas - Microrrelato

Caminaba entre los estrechos caminos de la biblioteca, feliz y agradecido de estar allí. Los libros, viejos y de encuadernaciones exquisitas, parecían mirarme, reprochándome el hecho de que paseara cerca de las estanterías que los resguardaban. Como una vez dijo mi maestro, en los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío. ¡Qué ciertas eran sus palabras! Las ilusiones no tienen cabida en un mundo tan frío como el que hemos creado. Mirando las desgastadas cubiertas de los libros que me rodeaban, pensé que allí debía de haber millones de sueños esperando a ser despertados, temerosos de los peligros que aguardan acechando entre las sombras de la realidad.

Este relato es un microcuento (menos de 250 palabras), y lo escribí para un trabajo del instituto relacionado con la película "La lengua de las mariposas". Tenía que incluir la frase "en los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío". He ganado el segundo premio del I Concurso de Microrrelatos del proyecto ARCE entre el instituto Vicent Sos Baynat de Castellón y el IES Albarregas de Mérida. No he leído el primer premio, y espero hacerlo pronto. Siento mucho la espera, me gustaría publicar más seguido...

Añado la página web del proyecto para que podáis leer también el relato ganador:

http://www.iesalbarregas.es/ARCE/wordpress/

jueves, 24 de marzo de 2011

Palabras para Olvido

Bueno, esto lo escribí ayer por la noche. No es poesía, pero tampoco es completamente narrativa. Simplemente es mi estilo.

A veces pienso en tu nombre, otras muchas en nadie más. Ojalá pudiera decirte que nada nunca ha sido tan bello como esto que siento cuando me miras y sonríes, aunque siempre haya alguien nuevo.
A veces un suspiro escapa de mis labios; siempre te busca y nunca te encontrará, porque por mucho que te acerques, tu mano nunca me tocará.
A veces susurro historias; fantasías sin principio ni final. Las palabras siempre se pierden si no hay nadie para escuchar.
A veces me miro al espejo y pienso que realmente no soy nada; cuando me convences de lo contrario, el deseo late e inunda mi triste alma.
Cuántas veces, cuántos momentos. Tantas tardes y ninguna mañana. Cuántas lágrimas, y qué pocas caricias ni siquiera dedicadas a lograr mi calma. Quizás un día te olvide, quizás un día me pierda; pero nadie nunca me quitará los momentos en los que deseo pedirte que me quieras.

sábado, 19 de marzo de 2011

Fomento de la Lectura

Lo siento mucho, de verdad; hace casi un mes que no subo nada. Al principio era por los exámenes, pero ahora ya no tengo excusa alguna. Simplemente he tenido mi rato de vaguez. Bueno, en compensación dejaré aquí un anuncio para el fomento de la lectura que hice con María, una amiga, para un trabajo de Castellano. Dejad vuestra opinión, que siempre es bien recibida.

lunes, 14 de febrero de 2011

El Lazo Rojo, Cuento de San Valentín

Hace muy poquito que he escrito esto, de hecho acabo de hacerlo. Espero que resulte bonito, he intentado no escribir nada trágico esta vez. Feliz San Valentín.

Hubo una vez, en algún lugar y algún tiempo, una pareja de enamorados. Antes de su aniversario de bodas, la mujer le pidió a su pareja que le regalara algo bonito, único y que simbolizara su relación. El hombre pensó en todo, pero nada le parecía lo suficientemente bueno. Poco tiempo antes de la celebración, consiguió encontrar el regalo perfecto. El día tan esperado llegó, y la mujer, emocionada, esperó a recibir su regalo. Cuando su marido le entregó un lazo de seda rojo, se sintió burlada y decepcionada y huyó lejos del hombre que la amaba.

Pensó muchísimo en el regalo que le había hecho su marido. Realmente pensaba que era una broma, ya que un lazo poco tenía de especial o valioso. ¿Para qué quería ella un lazo? Poco tiempo después, aún distanciada de su marido, comprendió y regresó a su lado, llorando y pidiéndole disculpas por su rechazo.

El lazo, tan simple como era, simbolizaba su relación de amor, pasión y entrega, y era algo único. El regalo de su marido era su amor, algo que sólo ella recibiría. El hombre, complacido por el comportamiento de su mujer, decidió no recordar lo ocurrido y ató su muñeca con la de su mujer mediante el lazo de seda, quedando unidas sus almas para toda la eternidad.

El lazo rojo, además del significado expuesto en el cuento, también simboliza la unión del destino según la cultura japonesa. La tradición cuenta que todas las personas están unidas mediante lazos rojos a la persona a la que amarán durante toda su vida.

El Lago, la Luna y la Lágrima - Katanagatari

Katanagatari es un anime muy reciente, basado en la novela de Nisio Isin. Si queréis verlo, tiene doce capítulos de unos 45 minutos cada uno. Pero ojo, si pretendéis verlo no leáis este one-shot (fanfic de un solo capítulo), porque tiene spoilers del final. Por si no lo sabéis y os lo estáis preguntando, un fanfic o fanfiction es una historia basada en otra historia ya existente, respetando siempre los derechos del autor original. Puede transcurrir durante la historia, de forma paralela o en un UA (universo alternativo). Ahora sí, podéis leer. Creo que se puede entender aunque no hayas visto la serie.

Shichika esperaba, como desde hacía ya varios años, cerca del lago que descubrió en aquel tiempo en el que dibujaba el mapa, aquel que ella quería confeccionar. Miraba al infinito, y los colores anaranjados del atardecer le regalaban una vista maravillosa que él se empeñaba en despreciar. Los pájaros observaban su alta y estilizada figura, esperando algún movimiento de su parte. ¿Es que no pensaba moverse? Ya llevaba varias horas de pie, completamente inmóvil.
El sol se escondía tras las imponentes montañas recortadas en el horizonte, dejando por fin que la oscuridad se apropiara de los árboles, cuyas hojas rogaban por un poco más de luz. Shichika alzó la cabeza, y sus ojos grises miraron al cielo. Las estrellas empezaban a dejarse ver, perezosas, en medio del oscuro y profundo firmamento. ¿Por qué pasar tanto rato esperando por algo tan común como lo son las estrellas? ¿Por qué presentarse otra vez, mes tras mes, para presenciar algo que había presenciado siempre? En ese momento, el joven vio algo que realmente le interesó, y dejó de lado todo aquello que le rodeaba para contemplarlo.
Sin apartar la vista del cielo, avanzó lentamente hasta que sus pies se hubieron hundido en el lodo, entrando en el lago. Cogió algo que llevaba atado en su cinturón por inercia, como de costumbre. Las pocas nubes que quedaban se apartaron.
Ya era hora.
Una ligera sonrisa se dejó entrever en el rostro del moreno, que bajó en ese instante su vista hasta la superficie del lago. Allí, sobre el agua calma, descansaba el reflejo de la luna llena, tan plateada y bella como recordaba. Alzó su mano hasta la altura de sus ojos para comparar el color del objeto que sostenía con el del astro.
Los mechones blancos eran tan parecidos a la luna... Casi parecía que Togame saldría del agua en cualquier momento.
Un susurro cortó el silencio.
-Togame...
Una única lágrima cayó, fundiéndose con el agua que le cubría, y por un instante su mirada volvió a ser la misma de antes. Su sonrisa se mantuvo fija en su rostro aunque llorara.

viernes, 11 de febrero de 2011

Frases profundas y tonterías mías 2

¡La segunda parte! A ver si puedo mantener el ritmo y sigo subiendo algo cada día.

-Aquel que ama merece el cielo; quien no lo hace, el infierno. Para aquellos que se aman está reservado el mundo entero. (Esta no es mía, pero no recuerdo dónde la leí).

-Puedes hacer felices a muchas personas y no llegar a ser feliz.

-¿Por qué encontrar media naranja si puedes encontrar medio limón?

-¡Qué profundos son los ojos a veces, y qué fríos otras!

-Si quisiera llorar lo haría, no hace falta que me obligues.

-Ser un verdadero esclavo no significa no poder huir, sino no querer hacerlo.

-Una mala persona es alguien que deja que le ayuden y nunca ayuda a cambio.

-Me gustaría saber cuál es el regalo perfecto para la persona a la que amo.

-Pedir algo por favor es motivo de orgullo, pues hoy en día ya nadie lo hace.

-Necesito a alguien con quien compartir silencio...

-No soy blanca ni negra, soy gris.

-Querer es bonito. Amar, algo impresionante.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Como el Aire

Iba a pasar las Navidades sola en Londres. Nadie se encontraba a mi lado, a excepción de él. Era el único que me comprendía, por eso decidí ayudarle. Ahora, no me arrepiento de nada.

Le encontré bajo un banco cuando volvía a casa. Se encontraba en una caja de cartón y estaba muy sucio. No pude dejarle solo. No tras saber cómo me sentía al estar en soledad. Lo adopté en secreto, ya que en la finca en la que me hospedaba no tenía permitido tener mascotas. Cuando lo lavé, me llevé una sorpresa enorme. Mi nuevo amigo era blanco. Un hermoso gato blanco. Comparado con mi oscuro iris, parecíamos seres completamente diferentes, pero en realidad éramos muy parecidos.

Viví con él durante mucho tiempo. Un mes, dos meses… El tiempo pasaba volando y él seguía a mi lado, sin pedir nada a cambio. Aunque por lo que cuento parezca que nadie quiere estar conmigo, es al contrario: Soy yo la que se aleja de los demás. La simple razón es que, tras llegar a Londres, decidí no hacer amistades que dificultaran mi partida. Con él era diferente, su hogar era el mío propio.

Toda la felicidad desapareció cuando enfermó. Al principio no comía, después dormía demasiado. El veterinario me dijo que era una enfermedad muy grave que únicamente afectaba  a los gatos si no habían sido vacunados con anterioridad. Seguramente, al haber sido abandonado, nadie se había encargado de proporcionarle las vacunas necesarias para su salud. Empeoró según pasaba el tiempo, y llegó le momento en el que ni siquiera podía mantenerse en pie. Decidí que, ya que la enfermedad no tenía cura y no merecía sufrir, lo mejor sería sacrificarlo. El veterinario me aseguró que no sentiría ningún dolor. Espero que así fuera.

Aunque parezca cruel, no tenía otra opción. Él había permanecido a mi lado hasta el último momento. No deseaba que sufriera, pero tampoco que muriera. Intenté no ser egoísta y pensé en él. Sólo por un momento, os pido que toméis mi lugar en esa situación. Vosotros también habríais actuado como yo.

Las Navidades llegaron y yo seguía en Londres. Sí, estaba en Londres, pero no estaba sola. Él me acompañó en ese día. Lo sé, y aunque sólo tenga mi intuición como prueba, estoy completamente segura de mis palabras. Si me preguntarais el por qué, te contestaría con otra pregunta: ¿Puedes ver el aire? Aunque no lo veas, sabes que está ahí porque sin él todo sería diferente. Ahí tienes mi respuesta: sé que estaba ahí porque si hubiera estado sola no hubiera sentido la tranquilidad de su compañía, que desde que dejé la clínica veterinaria puedo sentir con total claridad. Justo como si de aire se tratara.
                                                             Marina, 12/03/2009

Promesas, relato corto de Halloween

Sonreí mientras me acercaba animada a casa de Alex; pasaría la noche de Halloween con él. Ya tenía la película de miedo, mi disfraz y los aperitivos, así que llamé al timbre y esperé a que abriera la puerta. Mientras tanto, observé los alrededores: el pueblo en el que vivíamos estaba desierto, pero era muy agradable pasear por sus calles tranquilas y blancas.

Alex abrió la puerta y me sonrió.

-Pasa, te estaba esperando –dijo, apartándose para dejarme paso.

Al entrar en la casa me abrazó y nos besamos. Hacía ya un par de meses que salíamos juntos.

-Me he esforzado mucho en la decoración –reconoció, al separarnos. Miré a mi alrededor. –Espero que te guste.

-¡Por supuesto! Telarañas, sábanas negras sobre los muebles... todo es muy tétrico. –Avancé hacia la cocina, donde vi un charco de sangre falsa y un rastro hacia un armario del comedor, del que salía una mano pálida y rígida. –De verdad te has esforzado, ¿eh?

Caminamos hasta el sofá, y mientras me sentaba, él preparó todo para ver la película. Una vez hubo empezado, nos acercamos cada vez más, hasta que terminamos abrazados en uno al otro. Cuando la película acabó, nos miramos y me levanté.

-¿Ya te vas? –me preguntó él, sorprendido.

-Sí. Te lo dije ayer, no me puedo quedar esta noche. Me están esperando en casa.

Recogí mi bolso y saqué la película del reproductor. Cuando me giré, Alex no estaba en el comedor. Me acerqué hasta la cocina, pero tampoco lo encontré allí.

-¿Alex? –llamé, confusa.

Cuando me acercaba al recibidor pisé el charco de sangre. Noté entonces algo extraño en él: parecía más espeso en algunas zonas, como si estuviera coagulado. Me agaché y lo toqué ligeramente con las yemas de mis dedos, para después olerlo.

Mi expresión de congeló en ese momento. Olía a óxido, y no parecía sangre falsa en lo absoluto.

Retrocedí asustada hasta que noté que chocaba contra algo. Me giré lentamente, no queriendo saber qué esperaba tras de mí, y vi una figura oscura de pies a cabeza. Todo su cuerpo era del color más negro que pudiera imaginar. Todo, excepto esa sonrisa.

Se quedó grabada en mi alma desde ese mismo momento. Algo hace que todavía me retuerza al recordarla, como si fuera la maldad misma.

-No me dejes solo –dijo, con una voz que no era de éste mundo.
Corrí desesperada hacia el recibidor e intenté abrir la puerta, pero no pude. Miré a mis espaldas para ver dónde se encontraba ese ser, pero había desaparecido.

Por un momento pensé que me lo había imaginado.

-¿Te irás? –susurró en mi oído.

Grité aterrorizada y corrí en dirección al comedor, pero tropecé y caí al suelo. Algo frío tocaba mi pierna, y al mirar vi la mano que salía del armario. Al tropezar había abierto un poco la puerta, y pude ver el rostro de Alex congelado en una expresión aterrorizada, mirándome con sus ojos vacíos y desenfocados.

No sabía cuándo había empezado a llorar, pero tenía las mejillas empapadas por mis lágrimas. Al ver a Alex no me importó nada más: ni la criatura que me perseguía, ni el hecho de encontrarme encerrada en la casa con ella.

Olvidé todo aquello que me rodeaba y avancé a rastras hasta la puerta del armario, sacando de allí el cuerpo entumecido de mi novio. Me abracé a él y me prometí no soltarlo, sin ser capaz de aceptar su muerte.

Levanté la mirada para saber si la sombra seguía ahí. Otra vez encontré el lugar vacío, pero ya no me preocupé por ello.

Sentí unos brazos envolverme desde atrás, pero no me inmuté.

-No me olvides –murmuró para mí.

Giré mi cabeza para observarle, sorprendida por reconocer su voz, y en lugar del monstruo que había visto anteriormente encontré a Alex, que me miraba con una sonrisa triste dibujada en la cara. Después, desapareció sin más ante mis ojos.

Me quedé allí, abrazada al cuerpo de aquel al que amaba, durante horas. Cuando llegó su familia llamó a la policía y me apartaron de él.

Ahora sé que aquel que le mató no fue esa sombra, sino un hombre normal y corriente, horas antes de que yo llegara.

Fuera lo que fuera aquello que pasó ese día, no quiero saberlo. Aquello a lo que me he aferrado ha sido a la promesa muda de que nunca olvidaría a mi querido Alex.

Marina, 31/10/10

martes, 8 de febrero de 2011

Frases profundas y tonterías mías 1

Primero que nada, por inútiles que parezcan algunas todas tienen su significado. Piensa un poco en ellas y lo encontrarás. Todas son mías, excepto algunas que especificaré.

-El amor es como un árbol, y las hojas son las personas que esperan, incautas, a ser correspondidas. Como todo ser vivo, se marchita y muere; al caer las hojas, ya amarillas, una esperanza se pierde.

-Las sonrisas pueden ser falsas y a menudo maliciosas, pero sólo las verdaderas te harán sonreír.

-Mi objetivo es vivir, no sobrevivir. Si lo consigo seré definitivamente afortunada.

-Para llorar hay que ser fuerte, y para no hacerlo hay que ser tonto.

-Leer es huir del mundo; escribir, librarse de él. Pintar, aceptarlo tal y como es. Para cambiarlo, sólo hay que vivir.

-La imaginación puede ser buena y mala. Si no la utilizamos, simplemente no sabremos qué hará.

-Entender los sueños abre las puertas a un nuevo mundo en el que podemos soñar sin miedo a perdernos.

-Huir es de cobardes, retirarse a tiempo es de listos.

Bienvenidos

¡Hola, querido lector! Estoy encantada de recibirte aquí, en mi pequeño santuario de escritura. Puedes encontrar de todo entre mis publicaciones, pero generalmente serán escritos míos (historias, minicuentos, frases y otras monerías).

Antes de empezar a leer me gustaría pedir que, por favor, no copiéis ningún contenido, pues todo lo he escrito yo y tengo derecho sobre mi producción. Espero no tener problemas de ése tipo.

Hace poco, creé un blog y no sé cómo, perdí mi contraseña. Como no llegué a subir mucho contenido, lo resubiré y empezaré de nuevo aquí. La dirección es ésta, por si queréis pasar:

http://www.dreams-and-lives.blogspot.com/

Muchas gracias por dedicar un poco de vuestro tiempo a leerme.

Marina